IA: ¿Futuro distópico?*

Por distópico entendemos lo contrario a lo utópico.

También se podría interpretar como una utopía perversa donde la realidad transcurre en términos opuestos a lo que sería ideal.

El futuro distópico se imagina como una sociedad negativa donde los humanos viven controlados por la deriva que tienen ciertas tendencias actuales sobre las que no se toman las decisiones adecuadas, ya sea por conveniencia de quien tiene el poder de elegirlas, por la pasividad o posición activa de las personas o comunidades a las que afectan o, simplemente. porque se considera que es inevitable.

La pregunta es:

Cuando el CEO de DEEPSEEK —sí, esa startup china que no suele dar ruedas de prensa, pero de repente se pone a hablar justo después de una reunión con el presidente chino— dijo lo que dijo, casi nos da un síncope colectivo:

No es ciencia ficción barata ni el discurso de un youtuber conspiranoico: lo dijo un investigador senior, CHEN DELI, y según él, estamos en una “fase de luna de miel” con la IA, pero la fiesta puede terminar mal.

Ese mensaje, dicho por quienes están dentro, tiene un eco que reverbera por todo el tablero: desempleo masivo, una burbuja tecnológica, la ruptura del pacto social, élites desconectadas, hambre de poder y, de fondo, un paisaje geopolítico que parece sacado de un juego de rol como  SHADOWRUN, donde corporaciones gigantes se entremezclan con mercenarios, en un mundo al que se le han inyectados esteroides.

Por eso es necesario “destripar”, con la crudeza de un cirujano, que es lo que este tipo de anuncios nos están comunicando.

No sólo nos están desvelando que la automatización avanza, sino que avanza a una velocidad que empieza a parecerse sospechosamente a una estampida, mientras la Humanidad sigue haciéndose selfies que se suben a cualquier red como si nada más fuese esencial, excepto asegurarnos de que la felicidad y nuestras vidas siguen ahí.

Con esa afirmación, algo está claro: el futuro del empleo dejó de ser un debate académico para convertirse en un riesgo sistémico, al que hay que buscar soluciones.

Y no creamos que se trata sólo de “para trabajos repetitivos” —esa excusa tranquila que nos daban hace cinco años para que durmiéramos bien— sino que afecta prácticamente a cualquier sector donde un algoritmo pueda leer, escribir, hablar, analizar, planificar o simular.

En otras palabras: a casi todos.

Y esto no está pasando en un mundo estable y aburrido, sino en uno donde las tensiones económicas, políticas y sociales se mezclan como en el peor CROSSOVER DE MARVEL.

No se trata de ver como se cruzan mundos y personajes que pudiesen parecer imposibles pero que la ficción lo admite.

Ante nuestros ojos también hay una realidad absolutamente palpable:  ultraderecha global, guerras abiertas, crisis climática, burbujas financieras, salarios en caída y una industria tecnológica cuya narrativa empieza a recordar demasiado a la caída de las .COM, o a aquella estafa que se conoció como la CRISIS FINANCIERA del 2008.

La diferencia es que ahora se presenta con más arrogancia, más publicidad asegurándonos que cualquier fantasía se hará realidad, con más dinero y menos escrúpulos (¡Qué brillante marketing!).

La historia siempre nos vende el cuento de que “cada revolución tecnológica crea más empleo del que destruye”, y es posible que sea cierto… cuando la tecnología complementa al trabajador.

Hoy, sin embargo, la jugada es distinta: estamos construyendo sistemas que no complementan, sino que sustituyen. No colaboran, sino que replican. No amplifican al humano, sino que lo desplazan.

Vamos a explicarlo sin azúcar, porque aquí no venimos a hacer marketing del NASDAQ, y más cuando en esta misma semana se anuncia que el sector tecnológico cae mientras AMD, MICRON y MICROSOFT presionan los índices estadounidenses.

Las razones están en que cada día los gastos en investigación y desarrollo son mayores; en que hay guerras entre las empresas por controlar el mercado; en que la competencia es feroz al intentar robar talento a fuerza de talón; en que las promesas de ingresos no se cumplen; en que se están dando correcciones sobre el valor de esos negocios por parte de los organisos calificadores, y no son precisamente favorables; en que se están produciendo salidas de inversores que hace unos días nadie se podría creer; en que la deuda bancaria están prestando dinero sin que se tenga muy claro si todo puede ser una burbuja o no; y… especialmente en que CHINA, en lugar de hablar de futuro, ya vive en él, adelantando por todos los flancos al resto del planeta.

Si nos vamos a lo básico, de todo esto que se deduce:

Inversión masiva → Automatización → Despidos → Menos ingresos → Menos consumo → Caída empresarial → Burbuja → Crisis sistémica.

  • Inversión masiva en IA: Billones. Gigadatos. Centros de datos que parecen centrales nucleares.
  • Automatización: Gracias a esos billones de dólares, muchas empresas reestructuran procesos, sustituyen mano de obra, prometen hiper-eficiencia… que habrá que demostrar.
  • Desempleo estructural: Si muchas personas pierden sus trabajos, y no hay un plan serio para reubicarlas, se va al pozo la base de la demanda.
  • Caída de demanda: Menos ingresos para los ex trabajadores (y más miedo), menos consumo, menos clientes para las empresas que —ironía cruel— usaron IA para recortar sus equipos.
  • Riesgo para los ingresos de las mismas empresas: Si tus clientes son también tus empleados despedidos, ¿cómo esperas que compren tus servicios de IA o cualquier otra cosa?

Esto no es marxismo, ni conspiración, ni pesimismo.

Es literalmente cómo funciona un ecosistema económico.

Por supuesto, estarán los “consultores de eficiencia” que dirán que es una fase y que no hay que preocuparse. Que hay subidas y bajadas en todos los sectores, y en todos los negocios.

Pero, si las empresas sustituyen trabajadores sin preocuparse por la demanda futura, el castillo entero se derrumba por su propio peso, como en esos juegos donde si retiras una de las fichas, o uno de sus bloques, se cae todo se cae.

Eficiencia presente, pero ¿y qué pasa con lo que ocurre en el “después”?

Hay un dicho viejuno que dice “pan para hoy y hambre para mañana”.

Puede que nos ahorremos procesos, incluso que contando el gasto en la inversión en IA nos salgan hasta mejores costes de producción, y que todo se haga en mucho menos tiempo y, aquí es donde la cosa se vuelve fascinantemente absurda: las mismas empresas que prometen que la IA hará más próspera a la sociedad… están basando su modelo de negocio en un futuro donde la mayoría no tendría empleo.

Si las empresas usan IA para despedir a millones de personas, luego… ¿quién tiene poder adquisitivo para comprar?

Si los gobiernos no hacen nada, ¿cómo se sostiene la demanda interna?

Si las big tech destruyen más empleo del que generan, ¿para quién innovan?

Es el equivalente económico de serrar la rama en la que estás sentado mientras te grabas para un Reel.

El capitalismo funciona mientras la gente puede comprar.

Es como vender coches, pero eliminar las carreteras porque “son ineficientes”.

Y mientras tanto el gigantesco juego de ajedrez en que se ha convertido la carrera por las IAs sigue adelante.

No es solo las palabras que mencionábamos antes de CHEN DELI, es SAM ALTMAN felicitando a su competidor por GEMINI 3 y, como bien postea BÁRBARA REGINA RIBEIRO:

En otro post avisa como hemos cruzado definitivamente el umbral en lo que se refiere a la robótica avanzada y la IA con las implementaciones de humanoides artificiales chinos UBTECH WALKER S2, en una transición histórica donde sólo quienes aprendan, se formen y se adapten a la velocidad correcta podrán liderar el nuevo escenario.

Y, como no hay dos sin tres, aquí otro de sus posts que son auténticas PÍLDORAS DE CONOCIMIENTO contando como el MINISTERIO DE TRABAJO anuncia una campaña para investigar el uso de algoritmos cuando AMAZON anuncia un ERE de 1.200 empleados en España, y evidencia como falta visión política e incluso propone medidas inteligentes:

  • Crear una línea educativa en inteligencia artificial desde la infancia hasta la edad adulta.
  • Establecer un plan de reconversión laboral realista, enfocado en convivir con la IA.
  • Desarrollar un marco ético y económico para la automatización, que proteja a las personas sin frenar el progreso.
  • Anticipar políticas de empleo y renta adaptadas al nuevo modelo productivo, no improvisarlas cuando ya estalla la crisis.

Todo esto no ha hecho más que empezar.

El ERE de AMAZON es solo la primera ficha de un dominó que caerá una y otra vez.

La automatización no se puede prohibir, se tiene que gobernar con inteligencia.

La tecnología no es la amenaza. La amenaza es seguir pensando con mentalidad del siglo pasado mientras el mundo avanza a velocidad cuántica.

El futuro no se detiene, se dirige. Y quien no lo entienda, quedará fuera del tablero.

Por supuesto, si piensas que la imagen que ilustra este artículo es muy tremendista, también tienes la opción de elegir la que tienes a continuación:

Utopía-Pat Kenne  | Grok

El final feliz también depende de ti.

Elige, pero sabiendo que la inteligencia humana, no la artificial, tiene que ordenarse a si misma para que la distopia se convierta en utopía.

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Fecha de Publicación:

Última modificación: 21 de noviembre de 2025

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